Texto y Fotos. Carlos Lázaro.
Los días más largos del año, como son estos de junio, pueden sin duda acompañarse con sorpresas llenas de frescura y novedad. El amaranto, tan maleable y versátil, que puede comerse en forma de palanqueta, a la que llamamos con gran tino "alegría", puede ser un elemento gastronómico de amplias posibilidades.
En El Niño Envuelto nos dimos a la tarea de armar este platillo simple y gustoso donde conviven el atún y el amaranto en forma de tortitas, cebolla y lechuga los acompañan para ser después incluidos en una tortilla caliente con salsa verde o roja. Fantástico momento.